Ezequiel Struminger es médico, tiene 64 años y vive en Tierra del Fuego. En febrero, después de años de cursos de francés, decidió cumplir el sueño de visitar París por primera vez. Llegó el viernes pasado a la Ciudad Luz con su hija, Greta, de 30, que vive en Berlín. Caminaron, comieron, escucharon música. Esta tarde, veinte minutos después de conocer la catedral de Notre Dame , se quedaron mudos sobre el puente de Austerlitz. La catedral que acababan de visitar se estaba prendiendo fuego.
"Se acaba de derrumbar la cúpula. Es un desastre, se me saltan las lágrimas", dice Ezequiel a LA NACION, entre silencios para recuperar la voz quebrada, mientras observa el incendio sobre el Sena. Son las 19.30 en París y pasó poco más de media hora desde el comienzo del incendio. Caminaba con su hija sobre uno de los puentes que cruza el río parisino cuando vio una enorme columna de humo a lo lejos. Prestó atención y divisó la forma del edificio que estaba en llamas. "¿Eso es una iglesia que se quema?, le preguntó a un francés que tenía al lado. "Si", le contestó el hombre. "Es Notre Dame".
Fuente: Diario La Nación.